Teño abandonada a serie de recoñecementos ao mundo baril de Vigo. Hoxe toca ao clasiquísimo Follas Novas, lugar que coñecín ao principio de chegarmos á cidade branca. Intentara non menos de media ducia de veces voltar (sen previa reserva) e nunca conseguira nin siquera amorrar na barra. Tomara un aperitivo un día, pero nunca era quen de poder xantar na mesa. O sábado pasado logramos por fin entrar e sentármonos a carón da xanela. Pedimos dous entrantes (as clásicas croquetas e unha ensalada de ventresca de bonito afrodisíacas) e dous pratos: a miña acompañante deu conta dunha tamén famosa brocheta de rape e langostinos e eu unha pescada á bilbaina dunha frescura excepcional. O viño tirou polo seguro nunha carta breve pero intensa cun Abadía de san Campio nunca decepcionante. O café foi magnífico. Alguén preguntará polo postre, pero polo que vimos pasar por alí outro día falarei.
O servizo sempre atento, os cociñeiros á vista e o local cheo e cálido, co balbordo único que proporciona a felicidade de xantar deliciosamente.
Hoxe iremos a Casa Marco, a sucursal fetén deste local, a uns cen metros dalí en García Barbón.
A delicia case asegurada.
4 commenti:
Arume, perdoa que meta a morte de Ricard Salvat nun fío tan vivo e apetitoso; pero é que estou indignado polas cousas que pasan. Morreu Ricard Salvat (amigo da Galiza, espero que mañá Díaz Pardo diga algo sobre el) e como se morrera un can. Menuda "clase política" que temos. O xoves 26, día despois da morte do home de teatro, Carod Rovira escrebe unha carta ao director en El País rectificando non sei que declaracións e onde se pode ler: "Las declaraciones textuales que se me atribuyen supuestamente expresadas en el marco de la reunión del Consell de Govern del martes no son ciertas... Ratifico una vez más el soporte unánime del Gobierno a la labor de los Mossos d´Esquadra en el mantenimiento del orden público y a las gestiones del Departamento de Interior para disponer de un modelo de seguridad eficaz al servicio de los ciudadanos de Cataluña." Tal cual. Carod Rovira falando como un ministro do interior. Estes son os "nosos", bueno, os meus e os de Xosé Manuel Gonzalez, que ti xa sabemos que non tes veleidades nacionalistas. Xa poden contar co meu voto. MORREU RICARD SALVAT, VIVAN OS MOSSOS D´ESQUADRA. Claro, como os mossos son a "nosa policía nacional"... Pois que tome nota Carod Rovira, porque o outro día os estudantes berraban sen facer distincións "A policía tortura e asasina". Seleccións nacionais xa, policia nacional xa... viva o nacionalismo sen mais nada dentro. Logo cóntanse estas cousas como "anécdotas" e sempre hai quen se escandaliza e che chama traidor e antipatriota. E sempre son os que desprezan a Ricard Salvat e aplauden o labor do Mossos D´Esquadra. Así nos vai.
LA TERRAZA
Ricard Salvat
JOAN DE SAGARRA - 29/03/2009
Esta semana fallecía Ricard Salvat, víctima de un derrame cerebral, a la edad de 74 años. "El teatro pierde a Ricard Salvat", podía leerse el pasado miércoles en la portada de este diario. ¿Qué teatro perdía a Salvat? ¿El teatro que hoy se cocina en Barcelona? El setenta, por no decir el ochenta por ciento de los cocineros, pasteleros y someliers de ese teatro ignoran quién fue Ricard Salvat, vamos, que jamás pisaron la Cúpula del Coliseum en los años gloriosos de la Adrià Gual. Y entre estos cocineros y pasteleros incluyo, aunque sólo sea por cuestión de edad, a Sergi Belbel y a Àlex Rigola, por mencionar a los responsables de las dos más importantes empresas teatrales del país financiadas con dinero público: el Teatre Nacional de Catalunya y el Teatre Lliure.
¿Qué teatro perdía a Salvat? El teatro catalán, claro está. Un teatro bilingüe, pues la Adrià Gual lo mismo representaba un texto de Salvador Espriu que de García Lorca o de Ramón Gil Novales (sin traducirlos al catalán, como luego haría el Teatre Lliure con Pablo Neruda). Pero ¿cuándo lo perdía? Según la noticia necrológica, en el mismo instante de su muerte. Pero yo diría que la pérdida fue anterior a su muerte. Y, puestos a opinar, ¿quién perdió a quién? ¿El teatro catalán perdió a Salvat o fue Salvat quien perdió al teatro catalán? Y, ante todo, de qué teatro catalán estamos hablando.
La primera vez que visité la Cúpula del Coliseum - debía ser el año 1964-despedía ya un curioso perfume: una mezcla de la burguesía barcelonesa, catalanista, proveniente en su mayoría de la desaparecida, sacrificada, Agrupació Dramàtica de Barcelona, ADB; una juventud progresista, hija de esa misma burguesía, con carnet de PSUC; y un reducto de la izquierda auténtica, catalanista y republicana, como la gran pedagoga Carme Serrallonga, que daba clases de ortofonía, más un manojo de inquietos muchachos y muchachas seducidos por Brecht y de Stanislavski.
En la Adrià Gual, Brecht era Dios y todo lo brechtiano iba amisa. Espriu se cocinaba a la brechtiana y funcionaba con mayor credibilidad que cuando Jordi Sarsanedas lo había montado en la ADB. Pero pese a su acendrada brechtianidad, la Adrià Gual era un territorio relativamente libre: Pilar Aymerich podía montar un Jarry con la sola ayuda de una vieja bicicleta y el himno de la Falange; otro alumno podía escenificar los lorquianos Títeres de cachiporra a la italiana, y una coreógrafa de origen ruso, la señora Marina Noreg, que había sido alumna de un maestro de los escenarios zaristas, y que luego resultó ser una nazi terrible, perseguida por los tribunales de Noruega, campaba a sus anchas.
La Adrià Gual, al principio de los años sesenta, era el teatro, con mayúscula, ese teatro con el que habían soñado las señoras y los señores de la ADB cuando habían viajado a Toulouse para hacerse con los servicios de Maurice Sarrazin, el hombre del Gremier de Toulouse. Ricard Salvat, "formado en Alemania", se había convertido en la esperanza blanca del teatro catalán.
Pero a la Adrià Gual le faltaba dar un paso adelante para convertirse en una compañía teatral como Dios manda, con un buen escenario propio y una programación estable. Eso es lo que pensaban algunos aventajados alumnos de aquella escuela, como Fabià Puigserver o Francesc Nel · lo. Y así se lo propusieron a Salvat. Salvat se negó a dar ese paso adelante y Puigserver y Nel · lo abandonaron, junto a otros alumnos, la Adrià Gual y fundaron un pequeño teatro para críos que se estrenó aquel mismo año de 1966 en el Foment Martinenc con la representación de la Comedia de l ´ Olla (Plauto). Diez años más tarde, el mismo Puigserver fundaba,
con un grupo de compañeros, el Teatre Lliure, el mítico Lliure de Gràcia.
Yo soy de la opinión de que aquel día en que Ricard Salvat se negó a que la Adrià Gual diese ese paso adelante, aquel día fue cuando el teatro catalán perdía a Salvat. O, si se quiere, Salvat perdía al teatro catalán. Porque la carrera posterior de Salvat no supera, y yo diría que más bien oscurece, aquella imagen suya de principios de los sesenta como cabeza visible e incuestionable de la Escola d ´ Art Dramàtic Adrià Gual. Se me hace difícil imaginar que hubiese ocurrido si tras aquella conversación con Fabià Puigserver, Ricard Salvat se hubiese decidido a dar un paso adelante. ¿Se habrían entendido aquellos dos hombres de teatro? ¿Durante cuánto tiempo? Salvat no era un personaje fácil y Puigserver tenía prisa por demostrar lo que era capaz de hacer, y bien que lo demostró, con creces, en el Lliure. ¿Tenía Salvat que perder el control de la Adrià Gual?
A raíz de la muerte de Salvat se ha dicho que las autoridades democráticas del país no se mostraron generosas - al margen de concederle un par de medallas-con él. Lo que ocurre es que cuando esas autoridades asumieron el poder, el panorama del teatro catalán era muy distinto del de los años de la Adrià Gual. Josep Maria Flotats se había convertido en la esperanza blanca del pujolismo, en aquel Maurice Sarrazin que nunca llegó al Palau, y el Lliure era el teatro municipal (socialista) y de izquierdas, un Lliure que, en 1990, Albert Boadella propuso como estandarte de un gran polo teatral en la zona de Montjuïc,una zona que incluiría el Palau de l´Agricultura, el Mercat de les Flors y otros espacios colindantes, ocupados respectivamente por el Lliure, Joglars, Comediants, La Fura dels Baus y La Cubana. Una gran agrupación teatral que se presentaría como "el verdadero Teatro Nacional de Catalunya". Pero, por aquel entonces, Ricard Salvat, una pieza de primera magnitud en la renovación del teatro catalán, ya estaba fuera de juego.
Boto de menos a Joan de Sagarra. Onde escribe agora?
Marcos Ordóñez tamén me gusta moito, pero Sagarra tiña un punto exquisito e epatante que me atraía. Esa gauche divine ...
MOitas gracias por recordarmo con Salvat e toda a pequena en tempo e fastuosa historia do teatro catalán do último cuarto de siglo en Barcelona.
Probe tamén a parvear ou xantar no Gazpara, que son de Bouzas.
balonga
Joer!! quen puidera andar de comerotas un día si e outro tamén, e por riba contalo para que os currantes de a pé limpemos as babas.
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