Caxigalines nella Reguera'l Campizu

20 settembre 2008

VICKY CRISTINA BARCELONA


Unha premisa, varias impresións, un detalle e un desexo:
1. Woody Allen é o meu director favorito.
2. A música está ben. Con Paco de Lucía xa podían.
3. A fotografía non está mal. 
4. A publicidade institucional sobra. Coma os topicazos.
5. Só Pe ten un pase. 
6. Johansson suspende: ten que repetir. 
7. A historieta entretén. 
8. Vin un rótulo da CNT nunha rúa de Barcelona.
9. Espero que Allen faga outra película. Moito mellor, please.


A foto ilustrativa está plenamente xustificada neste caso.

6 commenti:

Anonimo ha detto...

Arume, unha preguntiña...
A rapaza esta da fotografía, a Escarlata, é realmente tan bonita??

Ouviu, hoxe, no festival Reperkusión de Allariz había mozas desas, como é... Si, pijas-hippies-grunges-indies con bastante mellor físico que a súa walkyria.

jeje

Manuel Ángel Candelas Colodrón ha detto...

I know, I know. Pero tiña que ilustrar a película. E non sabía que poñer.

besbe ha detto...

Respecto ao comentario de medela, teño que dicir que sempre defendín o "producto nacional" anque ao final acóllome a iso de fai o que eu diga, non o que eu faga.

Mañá imos ir a vela, darei a miña opinión. Bicos, grandes.

besbe ha detto...

e se non o atopo perdo algunha aposta??

besbe ha detto...

Ok, que teño un del pendente de ler, e se perdo saio gañando igual que llo regalo e pido que me faga unha reseña orientativa :)

Anonimo ha detto...

Antes chamábanlle "censura". Agora dinlle "cambios en el guión de parte de los patrocinadores"


Jonás Trueba
Woodyalleniana
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/09/22/elvientosopladondequiere/1222082002.html

22 de septiembre de 2008.- La única regla que me impuse a mí mismo al empezar a escribir aquí fue la de hablar sólo de cosas que me gustasen, sin perder tiempo ni energías en lo que no me gusta. Por eso, ateniéndome a mis propias reglas, no debería escribir sobre la última película de Woody Allen, que me ha parecido sencillamente horrible, la peor sin duda de toda su carrera.

Salí del cine consternado, deprimido, abochornado y sintiéndome mal, como recién despertado de un mal sueño. Mientras caminaba por la calle pensaba que hubiera preferido no tener que verla, pero el mal ya estaba hecho. Desde entonces, no he parado de darle vueltas a la cabeza, preocupado y triste, sin acabar de encontrar una explicación…

Woody Allen para mí, como para muchísima gente, es uno de los tipos más listos, inteligentes y divertidos que ha dado el cine. Pero no sólo eso, Woody Allen me parece uno de los mejores cineastas de todos los tiempos, el autor de 'Annie Hall', 'Manhattan', 'Stardust Memories', 'Zelig', 'September', 'La rosa púrpura del Cairo', 'Hannah y sus hermanas', 'Delitos y faltas', 'Maridos y mujeres', 'Balas sobre Broadway', o 'Deconstructing Harry', por citar algunas de mis preferidas; películas emocionantes, inteligentes, divertidas y tristes, hechas con un rigor cinematográfico y de puesta en escena propios de un cineasta genial.

Luego, algunas de sus películas me podían parecer peores o gustar menos. Por ejemplo, no me gustó nada 'Melinda y Melinda', en la que la parte dramática me hacía reír mientras que la parte cómica me producía pena. Y en contra de la opinión general, tampoco me gustó 'Match Point' porque, además de fría y calculadora, me pareció que fracasaba en su tema central: la pulsión erótico-sexual de sus protagonistas, filmada con la torpeza de un director no acostumbrado a pastar en esos campos.
Woody Allen.

Woody Allen.

Pero eran señoras películas, con las que uno podía no comulgar, pero sí respetar. Y además, no se le puede pedir a un genio que lo sea siempre. Y menos si tiene que demostrarlo con una película todos los años. Eso nadie lo ha conseguido, aunque él se quedaba muy cerca.

Unos días antes del estreno de la película, me había comprado el libro que le ha dedicado su biógrafo Eric Lax, 'Conversaciones con Woody Allen', y andaba enfrascado en su lectura, disfrutando como no lo había hecho antes con ningún otro libro sobre Allen. Después de ver 'Vicky, Cristina, Barcelona' volví al libro buscando una respuesta tranquilizadora, la explicación a semejante desastre, pero el libro se acaba antes de rodar "esa película en Barcelona"…

No cuenta cómo los señores que financian la película le obligaron a cambiar determinados elementos del guión, como el oficio del personaje de Bardem, que pasó de ser torero a convertirse en una especie de pintor moderno... Visto lo visto me parece una pena, porque por lo menos los tópicos que abundan en la película habrían sido los suyos, y no habríamos tenido que escuchar atónitos como el personaje de Rebeca Hall justifica su viaje a la ciudad condal porque quiere realizar una tesis sobre 'identidad catalana'…

Quizás ahí se encuentre el problema básico y originario de todos los problemas que adolece la película después: Woody Allen habla sobre personajes que no conoce que viven en una ciudad que tampoco conoce.

Pero entonces me doy cuenta de que la respuesta a este despropósito se encuentra en la propia formulación de la pregunta. Todos los grandes directores de la historia del cine hicieron alguna película bochornosa o indigna de ellos. Woody Allen había permanecido inmune a la ecuación. Hasta esta película.

Si podíamos cuestionar su derecho a figurar entre los mejores cineastas de todos los tiempos… Ya no caben dudas. Se ha ganado su derecho a entrar en el panteón de los más grandes. Y lo ha hecho con todos los honores.

(P.D.: Y pensándolo bien, me alegro de haber visto la película. Como dice alguien que también admira a Woody, "de un director que admiras hay que verlo todo, hasta lo que te dicen que es malo. Entre otras cosas porque se aprende más de lo malo que de lo bueno. Lo bueno es mágico. Lo malo es humano. El defecto es comprensible. El talento es inasible.")