Caxigalines nella Reguera'l Campizu

17 ottobre 2008

ERASMUS AGAIN


Nas tres materias que imparto o número de Erasmus supera con moito ao dos locais. Nunha clase concretamente de 27 alumnos, 17 son do famoso programa europeu, 2 son dun programa cos EE.UU.. Se temos en conta ademáis que teño 3 persoas do programa de cuarto ciclo (ou sexa maiores de 55 anos), saen a conta dos/as propios/as. Nas outras clases a proporción é máis pequena pero aínda así son sempre máis do doble dos coñecidos doutros anos. 
É indubidable que obrigan a mudar o sentido da clase, pero tamén axudan a comprender mellor a materia, alomenos desde dentro. Esixen (claro está de xeito involuntario) un exercicio de metadiscurso, unha reflexión da propia disciplina e, polo tanto, unha revisión punto por punto de case todo. De paso, os locais aprenden críticamente a mirar con receo e con certo grao de confusión (limiar da verdadeira ollada crítica) a propia magnitude da materia. Ao cabo, aos poucos, as asignaturas convírtense nunha ampla desestructuración das mesmas, co propósito posto máis no amplo campo da cultura e das mentalidades que propiamente no eido da poética e da literatura. 
Algún día terei que escribir cómo a través dos Erasmus concebín de xeito ben diferente unha materia clásica e acabei por propoñer outras cuestións tan pardobazanianamente palpitantes.
O caso é que o paso que nindiola. Vivan, por moito tempo, os Erasmus.  

Nota: entre as novas aportacións do alumnado a vella Europa vaise parecendo aos EE.UU.: unha húngara nacida en Rumania e residente en Alemaña; unha holandesa que estudia en Lovaina; unha arxentina de nome italiano que ven de Londres; unha kazaja que vive desde hai catro anos en Postdam.  
Outro día lles falo dunha moza que vén da Universidade de Teherán. 

2 commenti:

Anonimo ha detto...

The Specials

http://www.youtube.com/watch?v=Xu8OZV25Ego

The rat race

You're working at your leisure to learn the things you'll need
The promises you make tomorrow will carry no guarantee
I've seen your qualifications, you've got a Ph.D.
I've got one art O level, it did nothing for me

Working for the rat race
You know you're wasting your time
Working for the rat race
You're no friend of mine

You plan your conversation to impress the college bar
Just talking about your Mother and Daddy's Jaguar
Wear your political T-shirt and sacred college scarf
Discussing the world's situation but just for a laugh

You'll be working for the rat race
You know you're wasting your time
Working for the rat race
You're no friend of mine

Working for the rat race
You know you're wasting your time
Working for the rat race
You're no friend of mine

Just working at your leisure to learn the things you don't need
The promises you make tomorrow will carry no guarantee
I've seen your qualifications, you've got a Ph.D.
I've got one art O level, it did nothing for me

Working for the rat race
You know you're wasting your time
You're working for the rat race
You're no friend of mine

Anonimo ha detto...

"Idiotas", de Raúl del Pozo en El Mudo

Hubo momento en el que un banquero ganaba 3.000 euros a la hora, más que un delantero centro, sin contar el plan de pensiones, y cuando ibas a verlo se quedaba con tus cerillas. Tenían en los sótanos a unos febriles empleados, con ojos menos de hombre que de alimaña, que compraban y vendían apretando teclas a gente que no veían. Ahora han perdido imagen. Nadie quiere cenar con un ladrillo y los banqueros empiezan a resultar gente de comba, tan embarazosos como los que describe W. C. Fields, borracho de nariz rosada: «Me gustan los ladrones -dice el payaso-. Algunos de mis mejores amigos son ladrones. La semana pasada tuve al presidente del banco cenando en casa».

Todo eso de que en provincias los líderes municipales evitan a los directores de las cajas se lo cuento al corresponsal de Libération. Hay en Toledo un abogado que huye de los empleados de entidad financiera, y además, lo dice: «Buenas están las cosas para alternar con vosotros». España vuelve a ser sino la enferma, la indispuesta; nos repudia y niega Francia. Convalece hasta el sol, las mariposas no arden este otoño. Retornan los hispanistas pelmazos y los enviados especiales. ¿Qué pasa?, preguntan. ¿Por qué otra vez España se interrumpe? Cuando vienen a hacer un reportaje me suelen visitar los de Libération. He quedado con ellos el martes, pero ya he hablado con Françoise Musseau, corresponsal del diario. Le cuento lo de los banqueros y le pregunto por Sarkozy, ese político con alzas, con empaque de gigoló, que ha vetado a Zapatero -a España- de la Cumbre del G-8, a la que van a ir países emergentes. «No creo que tenga nada contra España, ni contra Zapatero -dice-; es un litigio de liderazgo entre la derecha y la izquierda; basta que Brown apoye a Zapatero para que Sarkozy lo evite». Musseau, que ha vivido la España del esplendor y el deleite, cuenta ahora el desplome, asombrado de la metamorfosis. Viene de la Universidad de Alicante, donde todos los alumnos tienen coche. «¡Todos! Eso no ocurre en una universidad francesa. Los propios profesores están preocupados con esta juventud, que tendrá que cambiar su forma de vivir ante la crisis». Los zampabollos de hamburguesas, hijos de los de bocatas de calamares, van todos en coches de etanol a la universidad, muestran desinterés por la política, viven una pubescencia eterna, atados a la familia, se pierden por los arcos de los viernes, follan como tigres, pero son apolíticos en vísperas de ser paratas, ni siquiera mileuristas. Parece que algunos se embarcan en la generación Einstein, pero la mayoría se parecen a los que los griegos consideraban idiotas. Apolíticos, los peores analfabetos, «los que no saben que el precio del poroto (alubia quechua que también comía la plebe romana) depende de las decisiones políticas», dice Brecht .

El capitalismo hace dos siglos que agoniza. No se morirá nunca con esa estampida de dinosaurios motorizados.