31 marzo 2008
ESTHER TUSQUETS
30 marzo 2008
CELTA DE VIGO - SPÓRTING DE XIXÓN
NON Á RECONQUISTA
28 marzo 2008
ADMIRACIÓN CESARINISTA
ADMIRACIÓN MCENROIANA
27 marzo 2008
ADMIRACIÓN MAQUIAVÉLICA
La vieja bellaca me tomó de la mano y acercándome hasta ella me dijo: "Esta es la camisa que yo os quiero vender, pero antes quiero que la probéis, que ya me la pagaréis después". Como hombre tímido que soy, me turbé sobremanera. Con todo, al quedarme solo con ella en la oscuridad (porque la vieja salió de inmediato de la casa y cerró la puerta) me puse a fornicar de un tirón. Y aunque la hallé floja de nalgas y húmeda de vulva, y aunque le hedía un poco el aliento, pese a todo, mi ardor era tal que la cosa funcionó. Así que, terminado el asunto, me vinieron ganas de ver la mercancía, de modo que tomé un tizón de una lumbre que había por allí y encendí un candil que estaba encima; y apenas lo había prendido que estuvo a punto de caérseme de la mano. ¡Ay de mí! Casi caigo al suelo fulminado: ¡hasta tal punto era fea aquella mujer!. Y lo primero que se apreciaba era una cabellera entre el blanco y el negro, esto es, canosa; y aunque tenía una buena calvicie en la cocorota, por la que se veía pasear nítidamente algún que otro piojo, con todo, los pocos pelos que tenía se le mezclaban con la barba y le tapaban hasta las cejas. Y en el medio de aquella cabeza pequeña y arrugada tenía una cicatriz de quemadura que parecía marcada a fuego en la columna del mercado. En cada extremo de las cejas, junto a los ojos, tenía un mechoncillo de pelo lleno de liendre. Un ojo estaba más alto que el otro y eran de diferente tamaño. El lagrimal se hallaba colmo de legañas, las pestañas de los párpados despeluzadas. La nariz ganchuda llegaba hasta la barbilla y uno de su orificios estaba rajado y lleno de mocos. La boca parecía la de Lorenzo de Medici, pero torcida de un lado, de donde salía algo de baba, porque, al no tener dientes, no podía retener la saliva. En el labio superior tenía bigote largo, pero ralo. La barbilla era de forma puntiaguda, torcida un poco hacia arriba y de ella pendía algo de pellejo que se unía con el gollete del cuello. Me quedé pasmado y enteramente aturdido contemplando aquel monstruo; y, al darse cuenta, quiso decir un "Señor, ¿qué os sucede?; pero no lo consiguió porque era balbuciente; y al abrir la boca salió un aliento hasta tal punto putrefacto que, al sentir tamaña ofensa golpeando en las puertas de aquellos dos escrupulosamente sentidos, ojos y nariz, se produjo tal náusea en mi estómago que éste no pudo con ello y todo se revolvió y todo bien revuelto se lo vomité encima.
Avanzada la tarde, me vuelvo a casa y entro en mi despacho. Y en el umbral me despojo de mis vestidos cotidianos, llenos de fango y lodo, y me visto de ropas nobles y curiales. Entonces, dignamente ataviado, entro en las cortes de los hombre antiguos, donde, amablemente recibido por ellos, me deleito con ese alimento que es sólo para mí y para el que yo nací. Y no me avergüenzo de hablar con ellos, y de preguntarles por las razones de sus acciones. Y ellos, por su humanidad, me responden. Y durante cuatro horas no siento ningún aburrimiento, me olvido de toda ambición, no temo la pobreza, no me da miedo la muerte: me transfiero enteramente donde están ellos.
A edición, cunha introducción sinxela pero moi interesante, que corre a cargo de Juan Manuel Forte, preséntase cun primor insólito para este tipo de libros, con ilustracións e unha tipografía elegante. Sen dúbida, coa ellegantia que merece este diplomático e político florentino que precisa dunha nova lectura dos seus marabillosos textos.
25 marzo 2008
INTERMITENCIAS VIAXEIRAS por APICULTOR, GUEST STAR
Béjar é, en efecto, lugar de tránsito ou apousento, pouco agraciado en si mesmo, ou iso me semellou. O único salientable foi a merca nun quiosco dun exemplar, por dous euros, do libriño de Bioy Casares “La invención de Morel”, papado esa mesma noite.
Despois da pernocta, dirixímonos á poboación fronteiriza de Hervás, na Extremadura. Agradable día soleado, domingo de Ramos. Calzados coas impagables Chiruca, algo pesadas pero resistentes e megaconfortables, na praza principal asistimos á procesión das oliveiras, con borrica de verdade e Cristo de carne, oso e túnica branca e azul.
Rematada a benzón, un neno pilla un cabreo chorón monumental, e de pouco vale a réplica realista da súa nai: - “No todos pueden tener la grande”. Refírese, naturalmente, á rama de oliveira, pero un non deixa de percibir trasfondo de resignada filosofía da carne. Hai nesa mesma praza un bar-libraría, e nunha rúa colindante o museo dun matrimonio de pintores-escultores fenecidos (Museo Pérez Comendador-Leroux), onde predomina un estilo que remeda clasicismo e, sen ter datos, un certo arrecendo de “franquismo cultural”: Vivanco, Panero. O mellor: o edificio e unha pequena pero extraordinaria colección de ex libris e ex musicis, cataláns of course.
O barrio xudeo de Hervás é máis que recomendable: unha delicia o seu paseo. As Chiruca axudan o trote das empinadas e empedradas rúas, e na ponte que cruza o río pode aparecer en calquera intre a xudea (ou a moura: tanto ten) pecaminosa dos romances. Cestería disque artesanal de pao de carballo: agasallos para a ocasión.
En estando na ponte, unha idea luminosa: chamar ao chou para encargar mesa e mantel nun dos restaurantes. Ás dúas e media en punto estamos nun lugar coqueto e limpo, e dispómonos a degustar, despois duns entrantes, o máis tenro e saboroso “solomillo” de porco probado nunca, acompañado dunha axeitadisima prebe de cereixas e guarnición de legumes e verduras, amén dunha boa pero única copa de viño.
O corpo, xa se sabe, rexenérase, e hai folgos para visitar un curioso e, a teor das fotos do folleto, ben interesante “Museo de la moto clásica y del automóvil”, á outra beira do río. O aire kitch que ten ao lonxe acada o cume cando nos enteramos do prezo de entrada: dez euros por cabeza! Trátase da orixinal iniciativa dun “emprendedor” privado que, non obstante cobizoso, ve fuxir a dúcias de persoas que se negan a tan excesivo desembolso. Iso non impide apreciar marabillosos letreiros e prosa. Un deles reza: “Siendo un proyecto cultural y único, las instituciones extremeñas lo están ignorando, habiéndoles propuesto incluso poder convertirse en fundación. ¿Por respuesta?... Silencio. Nota: No hemos tenido ninguna subvención y ni siquiera licencia municipal. ¡Colabore con su entrada! ¡No le defraudaremos! Muchas gracias”. O outro asevera: “No importa que no le gusten las motos ni los coches. Disfrute el Valle del Ambrós viendo las impresionantes panorámicas que se divisan desde el mirador situado encima de uno de los tejados”. E si, en efecto, impresionantes as vistas tamén desde fóra, sen pagar entrada.