Caxigalines nella Reguera'l Campizu

14 aprile 2008

14 DE ABRIL


Hoxe lembro que non fixen a prometida reseña dun dos meus libros de memoria preferidos: os Diarios de Manuel Azaña. Tomo ao chou de entre miles de párrafos admirables o que narra o comezo do exilio. As súas palabras, escritas nun prodixioso español, serven de homenaxe e honra á II República Española e a todos os meus familiares que viviron sempre con aquela feliz lembranza, usurpada durante tanto tempo.



Me enteré de la rendición de Barcelona por las arengas radiadas del vencedor. No le extrañe a usted. Todavía no ha habido ningún Gobierno que me haya comunicado la rendición de Málaga. ¡Hacía más de una semana que el jefe del Gobierno no me visitaba! Y en la mañana del sábado, 28, algún ministro ponía en duda la pérdida de Barcelona. Ventajas del optimismo, que acorta, por el comienzo, la duración de las pesadumbres. La fuga había empezado. Las autoridades francesas hicieron repasar la frontera a doce o trece mila soldados, con los que el mando militar quería reorganizar unos batallones para tapar los boquetes abiertos en el frente. Figúrese usted su utilidad. Estando ya los facciosos en Arenys y Granollers, las desbandada cobró una magnitud inmensurable. Una muchedumbre enloquecida atascó las carreteras y los caminos, se desparramó por los atajos, en busca de la frontera. Paisanos y soldados,
mujeres y viejos, funcionarios, jefes y oficiales, diputados, y personas particulares, en toda suerte de vehículos: camiones, coches ligeros, carritos tirados por mulas, portando los ajuares más humildes y hasta piezas de artillería motorizadas, cortaban una inmensa mesa a pie, agolpándose todos contra la cadena fronteriza de la Junquera. El tapón humano se alargaba quince kilómetros por la carretera. Desesperación de no poder pasar, pánico, saqueos, y un temporal deshecho. Algunas mujeres malparieron en las cunetas. Algunos niños perecieron de frío o pisoteados. Un funcionario de la Presidencia, que volvía de Francia, pasó diecisiete horas dentro de su automóvil, preso en el atasco. Se tardó dos o tres días en restablecer la
circulación. Las gentes quedaron acampadas al raso, y sin comer, en espera de que Francia abriera la puerta. Dejaban pasar a muy pocos, no sé ya cuál día se logró que ampliaran el permiso hasta unos miles de personas. Aún no había llegado a la raya el alud de los combatientes. El 15 de enero quedaban en línea y encuadrados setenta y ocho mil hombres. Según los datos oficiales, han pasado la frontera 220 mil soldados de todas las armas. Estas cifras le permitirán a usted formarse idea de la magnitud del desastre.


Carta a Ángel Ossorio, 28 de junio de 1939. Francia.

Roubo a Azaña esa frase extraordinaria: "O optimismo acorta, por el comienzo, la duración de las penalidades".

1 commento:

Zerovacas ha detto...

Timidamente, as celebracións vanse facendo cada ano máis públicas. Algo se move, mais sen posicionamentos demasiado claros.

Dado que ultimamente estou pouco 'blogueiro', non che lin a túa proposta de adianto electoral até hoxe. Si, supoño que sería conveniente (este goberno non dará moito máis de si); a ver se dese tempo antes a mover o tema de reducir a 'barreira electoral' ao 3%. Sería moi bo para a democracia en galicia